El sulfito rara vez se encuentra en las aguas naturales porque se oxida rápidamente y se convierte en sulfato. Sin embargo, el sulfito se usa normalmente en la industria, especialmente en el sector alimentario, debido a sus propiedades conservantes. También se utiliza en los sistemas de calentamiento de agua como depurador del oxígeno. Sin embargo, el sulfito en altas concentraciones ayuda a bajar el valor pH de una solución y por consiguiente facilita la corrosión. El sulfito también se controla en los análisis medioambientales. El sulfito es tóxico para la vida acuática. Su habilidad para eliminar el oxígeno del agua daña el equilibrio ecológico de ríos, pozos y lagos.