Las concentraciones de amoníaco en ríos y embalses de agua potable indican la presencia de contaminación agrícola y/o urbana. Si la concentración de amoníaco es alta, puede alterar el olor y sabor del agua. En aplicaciones industriales, las altas concentraciones de amoníaco causan corrosión en las tuberías. También se controla el amoníaco en acuarios y piscifactorías debido a su toxicidad para los peces. Los kits de Hanna le permiten analizar el amoníaco en agua dulce y salada mediante el método Nessler.